Muchos desiertos contienen salinas grandes. Los minerales
como el cloruro de sodio (sal de mesa) se disuelven con la lluvia o el agua
subterránea. El agua se evapora rápidamente en el aire seco del desierto y la
sal se acumula en la superficie.
¿Habrías imaginado que las rosas crecen en el desierto? El
yeso en polvo se disuelve con la lluvia o con el agua subterránea y luego se
cristaliza dentro de las dunas de arena. Los nuevos cristales de yeso parecen
los pétalos de una rosa.
El viento lleva el polvo de sal del océano al desierto. La
sal también proviene de antiguos fondos marinos que fueron enterrados muy por
debajo de la superficie del terreno.
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